Sargento Stubby
(Traducción Aguer history)
El sargento Stubby (1917-1926), era un APBT de color marrón y blanco y origen desconocido, fue encontrado por John Robert Conroy en el campus de la Universidad de Yale, en 1917, durante el entrenamiento para el despliegue en el frente Europeo de la WWI.
Durante el transcurso de su estancia en dicho campus, Stubby se familiarizó con todas las llamadas de Clarín y en una ocasión puso su pata derecha en su ceja derecha cuando un saludo fue ejecutado por otros a su alrededor, esto resultó simpático y aunque no se admitían mascotas en el complejo de capacitación, el comandante del campo de entrenamiento concedió permiso para que Stubby se quedara con Conroy.
El entrenamiento finalmente llegó a su fin y el campamento se levantó; pero, Conroy no estaba dispuesto a abandonar Stubby y colocó de contrabando a su querido perro a bordo de la camioneta de pasajeros que transportaba a los soldados a la estación de tren. A continuación, Stubby a bordo del tren siguió viaje junto con la tropa hasta el puerto marítimo de Newport News, Virginia. Después de alcanzar con éxito el puerto, Stubby fue ocultado y partieron a bordo de una nave de transporte naval, rumbo a Europa. Stubby pasó sus primeras doce horas más o menos escondido en el depósito de carbón de dicha nave, transcurrido ese tiempo, la nave ya estaba demasiado lejos de la costa como para que volviera a puerto, entonces, Conroy sacó a Stubby a cubierta, el perro se hizo muy popular con los marineros y soldados, incluso, un marinero le hizo un 'dog tags' (etiquetas de identificación de los soldados).
El largo viaje por mar llegó a su fin y ahora Stubby desembarcó en Europa, no pasó mucho tiempo antes de que el nuevo comandante de Conroy descubriera que Stubby estaba con él. Después de escuchar la historia sobre viaje de Stubby y a los otros soldados que tuvieron vínculo con el perro, permitió que Stubby permaneciera con fines de levantar "la moral'. Luego, la división de Conroy, infantería 102d, que era una sub-división de la 26 división Yankee, se dirigieron a las líneas del frente en Francia, allí Stubby fue hecho por el coronel la mascota especial de la división de infantería 102d. Estas órdenes le permitieron ir al frente con Conroy y el resto de los soldados. El 102d alcanzó las líneas del frente el 5 de febrero de 1918. Allí el clima era adverso y muy peligroso, los soldados vivían en "zanjas trinchera" donde había agua y barro y estaban a bajo fuego de francotiradores alemanes.
Stubby se acostumbró a su nuevo entorno, los disparos y fuego de artillería, hasta el día que un ataque de gas fue lanzado por los alemanes. El gas era una mezcla de productos químicos que quemaban la piel, causando ampollas a los pulmones y afectando los ojos gravemente, a tal punto de causar ceguera. Aquí Stubby resultó lesionado y fue llevado a un hospital cercano hasta recuperar su salud, tal experiencia hizo a este perro sumamente sensible a la exposición de gas, incluso se alarmaba al menor indicio de vapor.
Varias semanas más tarde, Stubby ya recuperado, vuelve a padecer otro ataque con gas por parte de los alemanes a la mañana temprano, cuando los soldados estaban aún durmiendo, Stubby reconoció inmediatamente el olor a gas y corrió a través de la trinchera ladrando y jalando a los soldados de sus camisas y botas. Algunos soldados se despertaron y se dieron cuenta de lo que estaba sucediendo y dieron la alarma de gas, esa mañana muchos hombres se salvaron gracias a Stubby.
Después del regreso a las trincheras, Stubby llegó a ser muy útil en la localización de los hombres heridos en el área de tierra comprendida entre las trincheras aliadas y alemanas, una zona peligrosa donde se era blanco fácil de los francotiradores; sin embargo, Stubby escuchaba a los heridos gritando y ayudaba a guiar a los paramédicos, un acto que fue muy valorado por toda la división.
Un día, mientras recorría la zona por fuera de la trinchera, percibió un ruido y al investigar descubrió a un espía alemán que estaba trazando el diseño de las trincheras aliadas. Stubby comenzó a ladrar, los alemanes comenzaron a correr y el perro los persiguió, atacando a uno de ellos y manteniéndolo en el lugar mientras que los soldados aliados a escuchar el ruido pudieron asistirlo y terminar de reducir al espía alemán. Stubby nuevamente había mostrado ser un verdadero soldado y el comandante de la 102d usa este acto de valentía para dar a Stubby un ascenso en las filas de los suboficiales y le concede el rango de sargento. Stubby se convirtió en el primer perro de su raza en tener un rango en las fuerzas armadas.
Los alemanes atacaron nuevamente, excepto que esta vez, fue un completo ataque de infantería. Stubby y Conroy fueron metidos hacia abajo en un búnker. Conroy asomó su cabeza y su rifle hacia fuera para disparar al enemigo, pero un soldado alemán alcanzó a lanzar una granada en el búnker, que al explotar, parte de la metralla dio en el pecho y la pierna derecha de Stubby. Allí el perro permaneció inmóvil y los hombres pensaron que estaba muerto. Conroy lo elogió para animarlo, para ver si se movía y pudo comprobar que todavía respiraba, Stubby fue llevado de urgencia al hospital y los doctores hicieron su mejor esfuerzo; pero, tuvo que ser enviado a un hospital de recuperación de Cruz Roja para la recuperación y seguimiento de las cirugías.
Stubby se recuperó lo suficiente para moverse, pasaba su tiempo en el hospital de la Cruz Roja, visitaba a los heridos y socializaba con las enfermeras, fue de gran ayuda a la moral de los hombres heridos y otra vez demostró ser un héroe. Stubby eventualmente se recuperó completamente y fue devuelto a las líneas del frente con la división de infantería 102d.
La WWI terminó el 11 de noviembre de 1918, y el sargento Stubby sirvió en 17 batallas durante su estancia en Europa. Visitó también al Presidente Woodrow Wilson tras liderar a las tropas americanas en un desfile. Al regresar a Estados Unidos en abril de 1919, Stubby recibe varias medallas (entre ellas la "medalla de oro especial"), visitó dos veces la casa blanca y se reunió tanto Presidente Harding y Presidente Coolidge, fue miembro honorario de la legión americana de la Cruz Roja y del Y.M.C.A. y por consiguiente, marchó en muchos desfiles, era un perro muy popular y heroico, amado por todos.
Después de primera guerra mundial, John Robert Conroy regresó a los Estados Unidos y asistió a la Facultad de derecho de la Universidad de Georgetown. Stubby, se convirtió en la mascota de la selección de fútbol de Georgetown. Stubby murió el 16 de marzo de 1926, él vivió siempre con su amado dueño John Robert Conroy, el hombre que había rescatado el cachorro perdido tantos años antes.
Durante el transcurso de su estancia en dicho campus, Stubby se familiarizó con todas las llamadas de Clarín y en una ocasión puso su pata derecha en su ceja derecha cuando un saludo fue ejecutado por otros a su alrededor, esto resultó simpático y aunque no se admitían mascotas en el complejo de capacitación, el comandante del campo de entrenamiento concedió permiso para que Stubby se quedara con Conroy.
El entrenamiento finalmente llegó a su fin y el campamento se levantó; pero, Conroy no estaba dispuesto a abandonar Stubby y colocó de contrabando a su querido perro a bordo de la camioneta de pasajeros que transportaba a los soldados a la estación de tren. A continuación, Stubby a bordo del tren siguió viaje junto con la tropa hasta el puerto marítimo de Newport News, Virginia. Después de alcanzar con éxito el puerto, Stubby fue ocultado y partieron a bordo de una nave de transporte naval, rumbo a Europa. Stubby pasó sus primeras doce horas más o menos escondido en el depósito de carbón de dicha nave, transcurrido ese tiempo, la nave ya estaba demasiado lejos de la costa como para que volviera a puerto, entonces, Conroy sacó a Stubby a cubierta, el perro se hizo muy popular con los marineros y soldados, incluso, un marinero le hizo un 'dog tags' (etiquetas de identificación de los soldados).
El largo viaje por mar llegó a su fin y ahora Stubby desembarcó en Europa, no pasó mucho tiempo antes de que el nuevo comandante de Conroy descubriera que Stubby estaba con él. Después de escuchar la historia sobre viaje de Stubby y a los otros soldados que tuvieron vínculo con el perro, permitió que Stubby permaneciera con fines de levantar "la moral'. Luego, la división de Conroy, infantería 102d, que era una sub-división de la 26 división Yankee, se dirigieron a las líneas del frente en Francia, allí Stubby fue hecho por el coronel la mascota especial de la división de infantería 102d. Estas órdenes le permitieron ir al frente con Conroy y el resto de los soldados. El 102d alcanzó las líneas del frente el 5 de febrero de 1918. Allí el clima era adverso y muy peligroso, los soldados vivían en "zanjas trinchera" donde había agua y barro y estaban a bajo fuego de francotiradores alemanes.
Stubby se acostumbró a su nuevo entorno, los disparos y fuego de artillería, hasta el día que un ataque de gas fue lanzado por los alemanes. El gas era una mezcla de productos químicos que quemaban la piel, causando ampollas a los pulmones y afectando los ojos gravemente, a tal punto de causar ceguera. Aquí Stubby resultó lesionado y fue llevado a un hospital cercano hasta recuperar su salud, tal experiencia hizo a este perro sumamente sensible a la exposición de gas, incluso se alarmaba al menor indicio de vapor.
Varias semanas más tarde, Stubby ya recuperado, vuelve a padecer otro ataque con gas por parte de los alemanes a la mañana temprano, cuando los soldados estaban aún durmiendo, Stubby reconoció inmediatamente el olor a gas y corrió a través de la trinchera ladrando y jalando a los soldados de sus camisas y botas. Algunos soldados se despertaron y se dieron cuenta de lo que estaba sucediendo y dieron la alarma de gas, esa mañana muchos hombres se salvaron gracias a Stubby.
Después del regreso a las trincheras, Stubby llegó a ser muy útil en la localización de los hombres heridos en el área de tierra comprendida entre las trincheras aliadas y alemanas, una zona peligrosa donde se era blanco fácil de los francotiradores; sin embargo, Stubby escuchaba a los heridos gritando y ayudaba a guiar a los paramédicos, un acto que fue muy valorado por toda la división.
Un día, mientras recorría la zona por fuera de la trinchera, percibió un ruido y al investigar descubrió a un espía alemán que estaba trazando el diseño de las trincheras aliadas. Stubby comenzó a ladrar, los alemanes comenzaron a correr y el perro los persiguió, atacando a uno de ellos y manteniéndolo en el lugar mientras que los soldados aliados a escuchar el ruido pudieron asistirlo y terminar de reducir al espía alemán. Stubby nuevamente había mostrado ser un verdadero soldado y el comandante de la 102d usa este acto de valentía para dar a Stubby un ascenso en las filas de los suboficiales y le concede el rango de sargento. Stubby se convirtió en el primer perro de su raza en tener un rango en las fuerzas armadas.
Los alemanes atacaron nuevamente, excepto que esta vez, fue un completo ataque de infantería. Stubby y Conroy fueron metidos hacia abajo en un búnker. Conroy asomó su cabeza y su rifle hacia fuera para disparar al enemigo, pero un soldado alemán alcanzó a lanzar una granada en el búnker, que al explotar, parte de la metralla dio en el pecho y la pierna derecha de Stubby. Allí el perro permaneció inmóvil y los hombres pensaron que estaba muerto. Conroy lo elogió para animarlo, para ver si se movía y pudo comprobar que todavía respiraba, Stubby fue llevado de urgencia al hospital y los doctores hicieron su mejor esfuerzo; pero, tuvo que ser enviado a un hospital de recuperación de Cruz Roja para la recuperación y seguimiento de las cirugías.
Stubby se recuperó lo suficiente para moverse, pasaba su tiempo en el hospital de la Cruz Roja, visitaba a los heridos y socializaba con las enfermeras, fue de gran ayuda a la moral de los hombres heridos y otra vez demostró ser un héroe. Stubby eventualmente se recuperó completamente y fue devuelto a las líneas del frente con la división de infantería 102d.
La WWI terminó el 11 de noviembre de 1918, y el sargento Stubby sirvió en 17 batallas durante su estancia en Europa. Visitó también al Presidente Woodrow Wilson tras liderar a las tropas americanas en un desfile. Al regresar a Estados Unidos en abril de 1919, Stubby recibe varias medallas (entre ellas la "medalla de oro especial"), visitó dos veces la casa blanca y se reunió tanto Presidente Harding y Presidente Coolidge, fue miembro honorario de la legión americana de la Cruz Roja y del Y.M.C.A. y por consiguiente, marchó en muchos desfiles, era un perro muy popular y heroico, amado por todos.
Después de primera guerra mundial, John Robert Conroy regresó a los Estados Unidos y asistió a la Facultad de derecho de la Universidad de Georgetown. Stubby, se convirtió en la mascota de la selección de fútbol de Georgetown. Stubby murió el 16 de marzo de 1926, él vivió siempre con su amado dueño John Robert Conroy, el hombre que había rescatado el cachorro perdido tantos años antes.
Fuente: https://aguerhistory.com.ar/artgeneral2.html
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